sábado, 31 de marzo de 2012

La Diputada Lourdes Palacios y el reencuentro del FMLN y la Pequeña Empresa .

A todos los partidos políticos les encanta mencionar a la Pequeña Empresa, especialmente en época electoral. Y a nosotros nos encanta oir esa música agradable: del PIB que aporta, del empleo que crea, de que se quedó cuando la oligarquía se refugió en Miami y por supuesto, de la voluntad férrea que hoy sí, están dispuestos a apoyarle y convertirla en motor de desarrollo para la nación.
Pero después del capítulo hermoso de los "Empresarios por el Cambio" impulsado por Roberto Lorenzana (a quien la Pequeña Empresa le debe tanto) con la participación de Blanca Flor y la siempre valiosa Nidia Díaz, y luego del formidable esfuerzo de la Mesa Empresarial asesorada magníficamente por Alfonso Goitia, presentando al Candidato Funes una propuesta coherente, solo nos han quedado las reformas a la LACAP, el 12% de las compras del estado y el no menos fantasmagórico Banco de Desarrollo como bebés sietemesinos esperando caminar.
Enmedio de esta desazón, recibimos la convocatoria de la Diputada Lourdes Palacios, y gozando de tanto respeto del Sector, acudimos gustosos. Una feliz reunión. De tal forma nos presentó la Plataforma Legislativa del FMLN, entusiasmándonos a todos, que se nos olvidó que pensábamos que otra vez legislativamente se habían olvidado de nosotros, y comenzamos a mirarnos incluidos e involucrados.
Pero llegado el momento de las participaciones, hicimos lo que nos correspondía: aportamos. Tres años que vienen en los que esperamos que la fracción del Frente escuche como ese día a la Pequeña Empresa en sus angustiosas necesidades.
Porque la PYME más que créditos blandos necesita vender, por lo tanto estamos porque desde la Asamblea Legislativa se impulse un ambiente de negocios mas amigable para el sector. No olvidemos que el mercado en El Salvador ha sido diseñado a la medida de la Gran Empresa y eso hay que corregirlo. Debe fundarse una nueva economía.
Hay que reformar la Ley de CONAMYPE, para que deje de trabajar en proyectos limitados y con grupos de empresas al estilo de FUSADES y se enrumbe a transformar la estructura microempresarial del país. A INSAFOCOOP hay que facultarlo a que fomente la asociatividad de las empresas, a INSAFORP que dirija su accionar hacia la tecnificación del personal de las PYMES, y a hacer partícipe a las pequeñas empresas turísticas de los beneficios que a las grandes empresas turísticas se concede.
Y la Diputada Palacios escuchó. Y nos dejó la promesa de continuar en el esfuerzo junto al Sector en la próxima legislatura.
Ahí estaremos dispuestos. Porque seguimos creyendo que es posible una gran alianza gobierno-pequeña empresa que fomente la inversión, el comercio y la industria en los momentos que la gran empresa utiliza la no inversión como arma para doblegar gobiernos que no le simpatizan. Los hemos oido decir que cada empleo cuesta veinte mil dólares y les hemos rebatido diciéndoles que la pequeña empresa crea un nuevo empleo solo con dos mil dólares: una máquina usada y el material correspondiente, y ya necesita un operador. ¿Qué mejor fábrica de empleos?
Siempre hemos dicho que ningún partido se preocupa por el sector. Cuando escuchamos a la Diputada Lourdes Palacios se nos levanta la esperanza que quizás estamos presenciando el reencuentro del FMLN con la Pequeña Empresa. Y esa es una buena noticia.

martes, 27 de marzo de 2012

El FMLN que tenemos...y el camino que debemos...

Durante semanas reforzaron su voluntad de lucha, se empaparon de leyes, conocieron de la maldad del enemigo. Y desde el sábado se entregaron a la lucha electoral, dura y encarnizada, sabiendo que en ese fuego rojito se forjaba el futuro. Al final de la jornada, más de ochocientos mil salvadoreños votaron por las cuatro letras. Menos que en el 2009, casi igual que en el 2004. Algunos dijeron:¡tragedia! sin ponderar las realidades, pero muchos supimos que ese domingo nos quedó algo grande y sólido: el fuerte y verdadero FMLN.
Porque un día decidimos, desde nuestra racha en permanente ascenso, dar el salto grande a la toma del poder. Pero debíamos de ganar el voto moderado, ese voto que no es nuestro porque no es de izquierda. Y para eso moderamos nuestro discurso, y moderamos nuestro actuar, y llevamos un candidato moderado y logramos la victoria. Llegó luego el desencanto y la frustración, y tres años más tarde, sin el factor motivador del presidente y sin la afinidad ideológica con el FMLN...los moderados no votaron.
También nos acompañaba un voto de izquierda cuyo entusiasmo le enturbió la vista. Quería transformaciones y cambios como los queríamos todos, pero los quería amplios y profundos, y los quería ya. Jamás tomó en cuenta el formidable bloqueo del enemigo, la debilidad de las finanzas públicas, la crisis internacional devoradora y el triste accionar del presidente. Y presionaron, y criticaron...y no votaron.
La verdad es que ni uno ni otro voto era nuestro. Lo creímos y nos entusiasmó el millón y trescientos mil votantes del 2009, pero era ajeno y volátil.
Más de ochocientos mil votantes, esa es nuestra realidad. Con ellos comenzamos el andar hacia la victoria necesaria en el 2014, envueltos en el fulgor heróico de nuestra conciencia socialista.
¿Difícil? No, si asumimos las tareas justas:
Debemos establecer una gran alianza, el FMLN y todos los verdaderos Sectores Sociales, con responsabilidades y compromisos mutuos.
Debemos arrancar lo mas pronto posible con una gran campaña de Afiliación, herramienta importante para lograr el empoderamiento y la fusión del pueblo y el partido.
Debemos organizar, capacitar y apoyar los Comités de Base en todo el país, orientarlos a retomar su lugar junto al pueblo en sus problemáticas, y, como enseñaba Schafik, convertir cada uno en una Escuela Política.
Debemos designar un candidato presidencial que salga del FMLN, construir un programa de gobierno socialista aunque no lo llamemos así, y presentárselo a la gente sin miedo ni verguenza.

Este momento histórico nos halla con la misión de impulsar un proyecto socialista en un país en que la mayoría de la gente no es de izquierda. Por lo tanto, debemos salir por los campos y las ciudades, en los gremios y asociaciones, en los institutos y las universidades, en un esfuerzo monumental de fijar en la conciencia colectiva la gran consigna: QUE UN MUNDO SOCIALISTA ES POSIBLE Y QUE TODOS ESTAMOS OBLIGADOS A CONSTRUIRLO.
Y podemos lograrlo. Para eso contamos con nuestra fuerza ideólogica forjada con la sangre de millones de mártires, con nuestra voluntad y nuestra fé. Para eso contamos con los más de ochocientos mil votantes que nos reafirmamos el 11 de Marzo.